jueves, 12 de marzo de 2009

Pinball Wizard Vol. 2


Reverdeciendo los viejos laureles

Reflexionando sobre lo que el otro día publiqué, resulta que este fin de semana he tenido la oportunidad de volver por lo que eran mis fueros; los bares. La noche, de la que hace tiempo no disfrutaba, de la que vagos retazos me quedaban, volvió a mí con toda la intensidad que recordaba. Y lo que son las cosas, estuve, como hacía antaño, jugando al futbolín y al pin-ball. Vamos que la noche fue pueril y alocada, que es como más me gustan.

Nos dirigimos, sin grandes pretensiones a la Plaza del Cedro, donde en una taberna comenzamos la velada. Al principio, como suele pasar con estas cosas, estábamos un poco agarrotados, pero no hay nada que un poco de alcohol no pueda solucionar. Unas cervezas y unos vinos después, como no podía ser de otra manera, la conversación fluía y las gracias volaban de un lado al otro de la mesa. La cosa se iba calentando, aunque todavía no teníamos ni idea de lo divertida que iba a ser noche.

Tras alimentarnos abundantemente y reunir fuerzas, emprendimos la marcha hacia otras latitudes, concretamente hacia el Asesino. El garito en cuestión, del que sólo tenía referencias por terceros, es uno de los mejores que he pisado en Valencia. Como decoración, todas las paredes están pintadas con murales que representan personajes de cómic clásicos, como Torpedo, Corto Maltés y demás héroes canallas y noctámbulos. Todo esto aderezado por un buen rock and roll. Tuvimos la suerte de encontrar sitio cerca del futbolín y del pin-ball, tímidamente pedimos turno y entramos en la partida. Como nos faltaba una persona, nos hicimos colegas de un tipo que andaba por ahí deambulando y estuvimos copeando y jugando con él. Al final se animó un montón de gente y la partida derivó en un griterío histérico en el que cada jugada desembocaba en la gloria o en el fracaso más absoluto. A esas alturas ya estábamos ciegos como cubas y nos dejábamos acunar por la noche y el gentío; por supuesto triunfamos entre la chusma que se agolpaba para ver la increíble partida que se había montado. Para terminar, echamos una partida al pin-ball y seguimos ruta hacia otro lugar.

Recalamos en el Kraken, gran garito valenciano en el que se puede escuchar rock de altos vuelos y donde siempre que he parado he pasado grandes veladas. Además, Pablo, que es el dueño del antro, es uno de esos tipos amables que siempre hace alguna invitación al terminar la velada. Como ya estábamos como motos, el tiempo pasó volando y después de engullir unas cuantas copas más y escuchar buena música, se presentaron los maderos para chapar el garito y dar al traste con el buen momento en el que estábamos inmersos. En fin, los buenos instantes tienen que tener un final.

Por último, quedamos con las chicas en un garito del que no recuerdo el nombre. Uno de estos de bailar y con la música más alta, para esas horas estábamos para pocos festivales y terminamos con una última copita y unos pocos bailes que dieron la noche por concluida. Regresamos a casa, no a la mía ya que no podía conducir, y por fin acabé en el sobre que me prestaron, a gusto tras el deber cumplido.

Una noche puede cambiar muchas cosas y una en la que se recuerdan viejos tiempos, te ríes y lo pasas bien mientras ensalzas la amistad merece salir en esta sección que comienza a dar sus primeros y tímidos pasos. Tengo que decir que el mayor mérito pertenece a los Pastor, esos entrañables compañeros de viaje que tan gratos momentos me hacen pasar.
Muchas gracias amigos.

Nacho Valdés

4 comentarios:

Sergio dijo...

Sí fue una grandísima noche de risas, confesiones borrachiles y demás cosas.
Ya he escrito muchas veces la sorprendente afinidad que hay entre nosotros y, es que los Pastor contigo somos mucho más.

Sr. Amarillo dijo...

Hay noches que marcan época, recuerdo no hace mucho una vez que fuimos a la tetería del Cedro (que gran lugar para salir) y que acabamos finústicos que dio gloria.

P.D: Felicidades por el blog!

Nacho dijo...

Noche mágica que recordaremos durante mucho tiempo.

Gracias amigos Pastor por vuestra amistad.

Muchacho_Electrico dijo...

Que noche la del año¡¡¡ cantaba Miguel Rios. Fue una noche de las que se recuerdan pero tambien no tengo dudas que nos quedan unas cuantas mas por vivir. Viva la Noche Animal y abrazos a mis compañeros Valdes y Pastor